lunes, 22 de julio de 2013

ESE INFINITO PUNTO ROJO, YAYOI KUSAMA

Ayer fuimos a ver a Yayoi Kusama al MALBA, antes de ir fui interrogada: -¿que te interesa de ella? -La belleza en el dolor psíquico… Yayoi Kusama se internó voluntariamente en los 70 en un neuropsiquiátrico donde sigue viviendo hasta la actualidad, hoy leyendo sobre ella encuentro que no soy original: -To think that such immense beauty can come from such a dark place… Ya en las veredas del Malba Yayoi se subía a los árboles en lunares rojos y la alegría parecía que se nos metía por todos lados, en el frio de la ola polar que azotaba Buenos Aires Yayoi nos ponía en movimiento, proponía risa y juego, pero yo venía advertida, sabía que encontraría también todo lo demás...
Habitaciones de una casa blanca cubierta de lunares de colores, cuadros desbordantes de color y repetición eterna de un alfabeto que en su recorrido logra hacerse nuestro, instalaciones donde lo agresivo se transforma en lúdico y un lugar donde un millón de luces de colores se prenden y se apagan a veces a su humor a veces en humor compartido y espejos infinitos logran reflejar nuestras propias luminarias para enamorarnos del universo y de nosotros mismos: “los espejos reflejan un mundo que nos es desconocido”

Yayoi es una maestra de las paradojas, es fluorecente y calma, alegre y trascendente, divertida y existencial, omnipresente e infinitesimal, repetida y original, su obra parece comprenderlo todo… el punto, objeto de repetición permanente y omnipresente en su obra es uno y todo y cada cosa, tan único y maravilloso pero posible solo ante otros puntos, solo en relación al universo de puntos que es infinito y devora al punto que se pierde y desaparece, se desvanece en la inmensidad de los puntos tan particulares y maravillosos, Yayoi es repetición obsesiva hasta el hartazgo y sin embargo es pura creación original y fascinante, posible allí donde parece que nada nuevo, nada distinto, nada vivo es posible, allí Yayoi deslumbra, Yayoi es obsesión agobiante, angustia desbordante compulsiva continua permanente acuciante y de allí del lugar mas oscuro y desesperante surge un universo de color y alegría casi desopilante, Yayoi es locura y todo sensatez, Yayoi no solo propone una estética sino una ética, y desvanece con su arte un millón de contradicciones imaginadas, en su universo no hay tiempo todo es posible en el mismo momento, y “el presente nunca se acaba”


No hay comentarios:

Publicar un comentario